No hay nada peor que tener un oponente cubriéndote y levantarte en tu negocio. En la cancha de básquetbol, esto se puede traducir en un gran jugador de 7 pies de altura que sigue cada uno de tus movimientos, en un intento por obstaculizar tu estilo y hacer todo bajo el sol para que dejes de marcar. Este tipo literalmente pone sus dedos en la nariz de su oponente, mientras trata de evitar que haga esa canasta, en vano.
Sí, lo sabemos, la canción es sobre Kung Fu Fighting. Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de este partido. El competidor olímpico en azul se siente tan superior a su oponente mediocre, que en realidad lo monta como un pony. No estamos seguros de si hay algún mensaje oculto aquí, ¡pero no vamos a profundizar más en este tema!
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